Los avances en la tecnología han disminuido los costos de generar, procesar, almacenar y explotar grandes cantidades de información. Asimismo, la información se ha convertido rápidamente en la principal fuente de valor para las empresas. Las comunicaciones son cada vez más rápidas, los dispositivos móviles tienen cada vez más capacidades, la Nube ha dado flexibilidad a las organizaciones para administrar sus necesidades tecnológicas, y las herramientas analíticas pueden procesar información cada vez de manera más sofisticada.
En este entorno, los fondos de capital de riesgo se encuentran permanentemente en búsqueda de nuevos modelos de negocio y los jóvenes emprendedores están al acecho de nuevas fuentes de información y oportunidades para explotar ideas originales que ofrezcan mejores soluciones a problemas comunes. Las empresas en sectores económicos tradicionalescomo el transporte, la banca o el turismo están enfrentando nuevas formas de competencia disruptiva.
El marco legal se está ajustando para aterrizar en el mundo material las transacciones que se realizan de manera virtual, dando certeza y confianza a las personas. De igual forma, la educación está incorporando el desarrollo de nuevas competencias y capacidades en los niños y los jóvenes para enfrentar un mundo cambiante. El enfoque tradicional de aprender conocimientos existentes está siendo complementado con un enfoque basado en retos que implica el desarrollo de nuevas habilidades para adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias.
Los gobiernos, por su parte, entienden que para ser competitivos a nivel país tienen que sentar las bases para el desarrollo de la economía digital. La mayoría de ellos está desplegando estrategias nacionales para impulsar y acelerar el proceso de transformación digital, estableciendo la regulación y la conectividad que permita cerrar la brecha digital para evitar que el acceso a internet y a la información sea una nueva fuente de desigualdad al interior de sus sociedades.
En esta dinámica, existen organizaciones públicas como las Administraciones Tributarias que están jugando un papel central en la transformación digital. En estos casos, por ejemplo, se desarrollan herramientas que originalmente tiene un uso estrictamente tributario pero que eventualmente facilitan la interacción entre el ciudadano y el gobierno, como es el caso de la firma electrónica o las plataformas para el registro de las operaciones como la factura electrónica.
México es un país que ha avanzado mucho en la consolidación de una Administración Tributaria Digital, misma que ha contribuido al desarrollo del gobierno electrónico y que ha sentado las bases para que la economía digital pueda desarrollarse. La plataforma de factura electrónica se encuentra entre las más avanzadas de la región y ha sido un factor determinante para que las empresas, sobre todo las más pequeñas, incorporen tecnologías de información en sus procesos administrativos.
Más allá de los evidentes beneficios que ha tenido la factura electrónica para automatizar procesos, facilitar el cumplimiento de obligaciones con las declaraciones pre-llenadas y mejorar el control de las obligaciones de los contribuyentes, esta plataforma tiene el gran potencial para que las empresas tengan información que las lleven a tomar mejores decisiones, sean más productivas y eventualmente generen mejores condiciones de bienestar para toda la población.
Fuente https://egade.tec.mx/es/ideas/el-reto-de-la-transformacion-digital